Expressa-Arte

sábado, 17 de julio de 2010

Parfait Ville

En el corazón de Europa y a las puertas de Holanda existen aún las ruinas de un pequeño pueblo llamado Parfait Ville, que tal como su nombre lo indica fue la ciudad perfecta, la utopía deseada por tantos. Todavía en los días de sol, cuando la luz de la mañana baña las paredes derribadas, estas cuentan la historia de su caída a quien se disponga a escucharlas.
¿Prestas atención? ¿Sientes el rumor de estas paredes al hablar? Quieren que aprendamos la lección para dejar de construir sociedades predestinadas a fracasar.
Parfait Ville fue el sueño occidental; niños riendo y jugando sin temor, seguridad financiera por igual, educación de calidad, salud y una buena alimentación.
Todo esto fue logrado gracias al control total de la población, mientras los niños crecían aprendían los valores de la comunidad y se les inculcaba su moralidad. Cuando un adulto sobrepasaba la mayoría de edad y no compartía los ideales de Parfait Ville era inmediatamente expulsado de la ciudad. Además cada año se hacían limpiezas para detectar y exiliar la posible maldad. Lo mismo pasaba cuando se rompían las reglas de la comunidad, aunque Parfait Ville no restringía nada, excepto la crueldad hacia el prójimo. Casi todo estaba basado en lograr un equilibrio.
Se permitía la marihuana, el alcohol y el tabaco siempre y cuando tuvieran una sana y controlada devoción. Las drogas fuertes no, porque dificultaban la capacidad de bondad. El sexo se veía como algo natural y la orientación sexual como una decisión personal. Las violaciones, pedofília y bigamia no, porque entraban en la categoría de crueldad. Pasaba siempre lo mismo con los problemas que confundían a la sociedad.
Existían solo algunos temas con absoluta restricción, como la prohibición de religiones, equipos de fútbol, partidos políticos o asociaciones que promovieran la subdivisión del pueblo. Las autoridades creían que para lograr la perfección se necesitaban decisiones e ideales en común.
El alcalde era elegido cada dos años en una votación que incluía los 10 expedientes más limpios de Parfait Ville. Generalmente la votación solía ser unánime.
Fue en esta ciudad donde creció Emeline, una pequeña niña de pelo oscuro y grandes ojos grises. Era inteligente y perspicaz, tanto que a veces incluso lograba anticiparse a los hechos que ocurrían a su alrededor. A veces solía pasar largos momentos imaginándose mundos imposibles y creando su propia realidad imaginaria.
La sociedad quería exiliar a su madre, ya que después de una limpieza se descubrió que engañaba a su esposo y que en realidad Emeline no era hija de este, violando así la ley contra la crueldad hacia el prójimo. Puede que no fuese el peor crimen existente, pero las autoridades necesitaban el castigo para fomentar la obediencia y la bondad en la población.
Parfait Ville era una sociedad “perfecta” pero su seudo perfección traía consecuencias nada satisfactorias para algunos.
Emeline camino sin rumbo alguno con tal de alejarse de su ciudad, pero todas las salidas estaban cerradas con la excepción de la entrada principal, rodeada por gente.
Tenía tan solo ocho años y ya se había desilusionado por primera vez de su sociedad.
Comenzó a percatarse de algunos detalles mientras caminaba, la gente se notaba vacía y su felicidad no parecía real. Los jardines que siempre creyó tan perfectos en su mayoría eran de plástico y el cielo en vez de celeste claro se veía de un azul enfermizo. Veía las cosas desde una nueva perspectiva, una no muy agradable.
Camino y camino hasta encontrar un pequeño río que corría hacia el pueblo, en este había peces de muchos colores, pero a la vez muy similares. Estos eran arrastrados por la corriente hasta un lago artificial donde los habitantes de Parfait Ville pescaban para decorar sus acuarios. Llamo su atención en especial un pececito verde sumamente común, ella misma había pescado uno similar semanas atrás junto a su padre. El pececito deambulada perdido y sin rumbo alguno, intentando escapar del destino que otros seres le tenían planificado.
Fue en ese momento cuando algo nació en su interior, debía haber una palabra para describir esa acción, la misma que el pececito hacia para que la corriente no se lo llevara y que ella consideraba necesaria como consecuencia del castigo aplicado a su madre.
Muchas ideas cruzaban su mente en ese momento, ideas que iban mucho mas haya de si era injusto o no que su familia se destruyera para dar un ejemplo al resto de la sociedad. Ideas que definitivamente no eran normales en una niña de ocho años. Había algo que inquietaba en su forma de mirar. En sus gestos ya no había inocencia sino la
Tranquilidad de desvelar un recuerdo dormido durante casi toda su existencia
Mientras Emeline divagaba un niño se acerco silenciosamente para preguntarle que le sucedía, a lo que Emeline respondió con toda tranquilidad:
-Observa a estos peces Math, son como nosotros. Como todos nosotros.-
Math tenia once años, era uno de lo mejores estudiante de L’ecole Generalle de Parfait Ville y un modelo a seguir en cuanto a bondad. Estas eran las únicas razones por las que seguía en la ciudad ya que desde hace unos meses las autoridades habían empezado a tomar conciencia de sus repentinos cambios de ánimo, falta de felicidad y de la mirada decidida que expresaban sus ojos. Había sido durante una visita a la corte donde ambos se habían conocido.
-Lo se Lin, desde hace varios que meses vengo aquí, te entiendo. No nos gusta esta sociedad ni el futuro que nos espera, conocemos algo que los adultos perdieron y que nuestros amigos tienen escondido en algún rincón de sus mentes. Puede que sea una acción o definición, yo no lo se. Acaso tu si Lin?- Pregunto Math con una expresión indescifrable en el rostro.
-No, no lo se.- Emeline se dedico unos segundos a escuchar como caían las hojas, para luego continuar – Pero lo que si se es que nunca encontraremos las respuestas aquí, donde todo es superficial. Decidí irme Math.-
- Me iré contigo, yo también decidí irme hace mucho, pero esperaba a que alguien mas lo comprendiera.-
Math y Emeline se dirigieron hacia la ciudad y algunos niños se acercaron a preguntar que sucedía. Al escuchar sobre los peces en el rió y ver sus expresiones sintieron también como algo se despertaba en su interior y se unieron a la marcha.
Cada vez se unían más y más infantes y cuando alcanzaron la entrada principal ya eran la totalidad de los niños de Parfait Ville los que seguían a Alex y Emeline, algo raro les estaba pasando.
Los padres se extrañaron de su actitud, no comprendían que los hubiesen abandonado sin ninguna razón aparente.
Lentamente y sin ningún apuro, fueron desapareciendo de la vista de sus padres. Ninguno intento obligarlos a quedarse, por que no se les ocurría ninguna forma bondadosa de hacerlo y repentinamente se encontraron sumidos en la confusión.
Los adultos nunca volvieron a ver a los niños después de que salieron de la ciudad, mas por desgracia su recuerdo viviría mientras alguien recordara aun sus nombres. Algunos padres buscaron día y noche a sus hijos mientras otros intentaron en vano remplazarlos, pero ninguna mujer volvió a quedar encinta y ninguna familia se reunió de nuevo. Tal vez la naturaleza no quería que se cometiera el mismo error otra vez.
Pasaron los años y se fue la vida en Parfait Ville, Muchos padres murieron de pena y los que no tenían hijos murieron a su determinado tiempo.

Fue así como al pasar los años Parfait Ville desapareció, pero las ruinas quedaron como moraleja y todavía en los días de sol cuando la luz de la mañana baña las paredes derribadas estas cuentan la historia de su caída a quien se disponga a escucharlas.

por: Anaïs B.

martes, 6 de julio de 2010

La Venganza

En el Pueblo de San Andreas dos hermanos (Ken y Chuky) drifteando a lo largo de las curvas, pasando gloriosamente en su Nissan Skyline r34 y en el Nissan Silvia S15 y haciendo como cada día en su rutina que consistía en, Levantarse, arreglar sus autos, salir de su taller mecánico almorzar tomarse unas latas de Red Bull o de Speed y salir a driftear buscando retos o desafíos.
Cada día corrían contra otros, tenían tanta experiencia que hasta incluso cuando les ganaban, ellos seguían siendo los mejores, y cuando drifteaban en pareja (ósea los dos juntos) hacían el mejor twin* del mundo, nadie superaba sus coreografías, se podría decir que eran los mejores del mundo. (Twin*: Twin se refiere cuando 2 personas hacen una misma acción al mismo tiempo y de la misma manera).
En la cuidad de San Andreas habían lugares especiales, los cuales los corredores callejeros usaban para conducir, por mucho que fuera ilegal. Cada uno de los lugares tenían nombre estos eran: “Sakina”, “Ebisu”, “Akagi” y la “Robada Pass” que le llamaban asi porque precisamente había sido robada de su dueño. Todos y cada uno de los corredores en los cuales corrían en estos lugares, ya habían sido derrotados tanto por Chuky como por Ken. Estos 4 Lugares tenían un dueño, que gracias a el se habían construido, la intención de el era que cualquiera pasara por hay, pero lo había construido especialmente para el Drift. Lamentablemente el objetivo del creador era lograr tanta fama, que todos pensaran “El es el mejor Drifter del Mundo”. Pero Chuky le había ganado unas cuantas veces y Ken también. El dueño, era un tipo desagradable, siempre luciéndose, su nombre: “Sentinelerk Padddyski” (Pero el era conocido como “Sentinel” el se creía el mejor de los mejores, pero todos sabían el o los mejores eran Ken y Chuky. Al pasar un tiempo y tan indignado que estaba “Sentinel” decidió que cuando corriera o Ken o Chuky, algo haría para perjudicarlos y dejarlos mal ante todos.
Un día Sentinel miraba la pagina de youtube.com y nota que en una parte de la seccion automovilística esta un video llamado “La ultima carrera de Sentinel” EL INDIGNADO se mete a ver el video, y se da cuenta que un tipo llamado Lucas habia subido el video donde el perdía una carrera contra Chuky, esto lo dejo muy mal ya que en todos los comentarios salía: “Pienso que lo bueno de Sentinel son los mapas en su drift no es nada”, “Chuky si que derrapa en esa curva realmente nose que le ven a Sentinel”. Sentinel se enojo tanto que decidió negarle la entrada a Lucas a los 4 Mapas y a chuky intentaría pegarle y echarlo de todos los mapas.
Ken tenia muchos amigos y uno de ellos se llamaba Ryosuke, el cual le había comentado sobre el plan de Sentinel. Ken apurado va y le dice a Chuky. Los dos quedan impactados, chuky tendría que cambiar de auto y de nombre y nunca dar la cara , asi nadie lo reconocería.
Pasaron unas semanas y a Ken se le ocurre una excelente idea, retaría a Sentinel a una carrera a muerte, el ganador ganaría el auto del otro y los 4 mapas, y el perdedor perdería el auto, los mapas y seria expulsado por siempre de los lugares de conducción. Ken sabia que Sentinel era orgulloso así que no abría forma que dijera que no, de lo contrario quedaría mal enfrente de todos. Sentinel acepto, pero se le ocurrió la idea de poner aceite en el carril izquierdo de la pista, justo donde corría ken!, así al momento de correr Ken resbalaría y daría vueltas hasta chocar el auto y terminar la carrera como perdida.

La carrera empieza! y los corredores dejan marcas de ruedas por todas las curvas, Ken toma el ultimo puesto (una de sus técnicas para ver la técnica del oponente) llegan a las ultimas 5 curvas, pasara Ken a Sentinel?, van en la ante penúltima y Ken resbala con la mancha de aceite de Sentinel gira y gira todos preocupados por que no choque! muy asustado ken recuerda la técnica de “Breaking Drift”* y lo logra! pone el auto de frente, a perdido mucho ya que Sentinel lleva la delantera. (Breaking Drift* : Balancear el auto con el peso del chasis al momento de hacer la curva, de esta manera controlaría el auto en las vueltas que daba y terminaría el auto de frente) Van por la ultima curva y a Ken se le recuerda la tecnica de la Canaleta al lado de adentro de la curva, si la usaria pasaria a Sentinel Dejandolo atrás.




Ken lo hace en un intento de ganar! y todos miran como si fuera una cámara lenta Ken toma la canaleta mientras sentinel toma la curva derrapando……
Momentos de increíble adrenalina y Ken lo logra! toma la delantera!, todos saltan de alegría la carrera termina y Ken a ganado la carrera. Ken habla con Sentinel, le permite que se quede con sdu auto, pero los mapas seria dueño de Ken y de Chuky, ahora chuky y Lucas podrían volver al mapa a driftear como los hermanos que eran, Sentinel derrotado termino peor de lo que ya estaba.
Ken y Chuky crearon un grupo llamado ..::Black Crew::.. en el cual terminaron hasta el ultimo de sus días haciendo drift y tomsnfo sus Red Bull o Speed Energy Drink.

“No dejes vencerte por el que no puede ganarte”


Andr3s Cáceres....D1

:)


Por: Vale Escobar

¿
Quienes somos nosotros?
¿Qué derecho tenemos
a adueñarnos de todo?
¿Era nuestro deber?
¡No!
...y si así era
estamos haciendo un mal trabajo
No somos los mejores
No somos los indicados
y aún así gobernamos
que injusticia...
pero también nos auto-destruimos
¿Cuál es el propósito?
¿Este es nuestro mundo?
después de llevarlo al fin
lo dudo...

lunes, 5 de julio de 2010

Mi historia...


Escrita con sangre y dolor
gracias al sufrimiento de otros
guerras y batallas
conquistas y dictaduras.

Si el pasado hubiera sido distinto
yo no existiría
ni tu.

Todo sería muy diferente
y a nadie le importaría
no extrañarían a quien nunca existió.

Escrita con progresos
con felicidad y coincidencias.

Puntos clave
en la línea temporal
hicieron que ahora
estemos en este lugar.

Escrita con sangre y dolor
con progresos y también destrucción
la historia pasada
construyó mi presente
y simplemente
tuve la suerte
de conocerte.

por: Vale Escobar

Sombras en la Oscuridad


Por: Vale Escobar

Primera parte


Se sentía cansada, todo su cuerpo le dolía, el aire era pesado, a penas si podía respirar. La oscuridad era absoluta.

Su desesperación crecía segundo a segundo.

Automáticamente comenzó a golpear los lados internos de la pequeña caja en la cual se encontraba. Era un golpeteo descontrolado, descoordinado. Lo intentó con todas sus fuerzas. El oxigeno se agotaba rápidamente. Su capacidad física se apagaba, tenía la intención de seguir, pero su poder mental también se esfumaba.


Caía tierra, había aire fresco, aire nuevo.


Despertó boca abajo sobre el pasto. Ya era de día, pero estaba nublado.

El olor era delicioso, una variedad eterna de aromas de flores.

El cansancio que sentía se reflejaba en sus parpados cerrados.

Giró sobre su propio cuerpo para quedar de espaldas en el pasto húmedo.

Respiraba con ganas, profundamente, como si fuera su último minuto en la tierra, pero no, no era así. Había logrado escapar, ganarle a la muerte, no quería caer tan pronto, no caería tan pronto.

Abrió lentamente sus ojos, disfrutando cada segundo en el cual la luz entraba, inundando todo de vida y de color.

Se sentía feliz, más que nunca, era algo que salía de lo más profundo de su alma. Quería reír, gritar de felicidad. Se sentía poderosa, victoriosa. Se sentía mas viva que nunca. Ya nada le dolía. Nada le hacía daño.

Los variados colores de las flores brillaban como nunca, a pesar de que las nubes grises no asomaban ni un rayo de sol.

Corría viento, el aire era fresco, pero eso a ella no le molestaba.

Respiró hondo y se incorporó, mirando a su alrededor, se dio cuenta de que se encontraba en la mitad de un claro, el cual estaba rodeado por un profundo y extenso bosque de pinos.

No se levanto a caminar si no hasta el atardecer, cuando las nubes se teñían de unos fuertes tonos de lila, rosa y naranjo. Era un paisaje hermoso, quizás el mas bello que ella hubiera visto.

La verdad era que no recordaba ni su propio nombre. Nada anterior al terrorífico suceso de la noche pasada.

La luz de la luna se abría paso entre las dispersas nubes, era una luna llena, que iluminaba todo el claro, dejándolo en distintos tonos de negro y gris.

Estaba tranquila, pero ya no sentía felicidad. Se encontraba desprotegida, en medio de un claro, sola, sin agua, sin comida y a varios kilómetros del pueblo.

Le aterraba la sola idea de tratar de salir del bosque y perderse en el intento.

No se atrevió a dar ni un paso mas allá de donde se encontraba.

Se recostó en el suelo, con un frío escalofriante, que la inundó de inseguridad, de miedo a la noche, de terror a las sombras en la oscuridad.

Un bello cantar de pájaros se escuchaba y hacía eco entre los árboles.

No recordaba el momento en el cual sus ojos se rindieron ante el cansancio. Se había quedado contemplando las estrellas, y las abstractas figuras que formaban en el oscuro cielo. “su primera noche”, o por lo menos la única que recordaba.

El día estaba nublado, era idéntico al anterior.

Ya no estaba feliz, solo la amargura de la soledad le hacia compañía, una compañía bastante irónica. A esto se le sumaba la impotencia de no recordar nada. Frustración, quería llorar, y solo preocuparse de su tristeza, pero no podía. Su garganta estaba seca, no recordaba cuando había sido la última vez que bebió algo. Su estomago crujía, las necesidades básicas tomaban el control de su cuerpo.

Decidió adentrarse en el bosque para buscar algún riachuelo y un par de frutos.

Se encontraba al borde de la fatiga cuando encontró una pequeña franja de agua que corría traviesa atravesando el bosque. La hizo sentir bien, le dio fuerzas para seguir, en busca de algo para comer.

Intentó no alejarse mucho del claro, el lugar mas familiar y “seguro” en el cual podía estar, parecido en cierto modo a un hogar. Luego de encontrar un par de frutas y beber mas agua volvió.

Ya estaba oscureciendo, las nubes en tonos rosa y anaranjado eran casi tan bellas como las del día anterior.

Se sentó sobre el pasto, hacía frío, corría viento helado, moviendo a los grandes pinos de un lado a otro. Recién ahí se percató de que solo llevaba puesta una polera manga corta, unos pescadores de tela muy delgados y unas zapatillas Converse.

Su ropa estaba sucia, llena de barro y otras sustancias que no pudo reconocer. Se tocó la cabeza, su pelo cobrizo estaba enredado, lleno de ramitas y hojas secas. Bajando por la nuca tenía un chichón, le dolía, y mucho.

Las dudas se sembraban en su interior, quería saber; quien era, cual era su historia, que le había ocurrido, como había llegado a esa caja bajo tierra. Eran algunas de las preguntas se hacía sin conseguir respuestas.

No consiguió dormir. Estaba desprotegida, sería presa fácil de cualquiera que quisiera hacerle daño. Sentía que la muerte la asechaba, buscando el momento preciso para atacar. Buscando su revancha.


El cielo despejado, el sol se asomaba a lo lejos entre los altos pinos. Estaba amaneciendo.

Ya podía contemplarlo en todo su esplendor. La aliviaba, la luz del día le daba un poco mas de seguridad.

Nubes grises empezaron a invadir el cielo rápidamente.

El paisaje volvía a ser igual que los días anteriores.

Quería salir de ahí, ir a un lugar mas seguro, lejos del desprotegido claro y tenebroso bosque. Pero para salir tenía que atravesarlos, cruzar junto a los murmullos del viento entre los grandes pinos.


Llevaba horas caminando, había recolectado frutas y tomado mucho agua.

Entre las ramas no se asomaba la luz, era todo oscuro. A ratos tomaba descansos, estaba agotada, no había dormido, y eso solo lo empeoraba.

Ya casi al anochecer vio luces a lo lejos, y sonrió. De nuevo la felicidad, la gratitud, lo había logrado.

Quizás algunos animales que jugaban entre los árboles, o el viento que le hablaba al oído. Tenía miedo. Comenzó a correr en dirección a las lejanas luces que aparecían entre los pinos. Más rápido, a menudo se tropezaba con raíces y ramas, pero siguió. Las luces estaban cada minuto mas cerca. Estaba a punto de salir, cuando sus pies se enredaron en una rama y cayó.


Tosió un poco y escupió la tierra que había entrado en su boca.

Aún era de noche, la luna estaba en lo mas alto del cielo, resplandeciente, era la única fuente de luz que iluminaba la calle.

Ella estaba en el suelo, al borde del bosque, unos metros mas adelante estaba la acera, casi a la salida del pequeño pueblo.

Se levantó lentamente, dando pasos suaves y cuidadosos.

Ya estaba en la calle, pero no quería hacer ruido, no quería que la gente la viera.

De vez en cuando pasaban autos, pero no se percataban de su presencia, era como si ella simplemente no existiera.

Agarrando confianza, caminó más segura entre las casas, que a esa hora refugiaban a sus habitantes dormidos.

Se sentía parte de la noche, una sombra en la oscuridad, sin que nadie, de los pocos que circulaban a esas horas de la noche, la viera.

Corría viento y el aire era fresco, pero ya no se sentí desprotegida como en el…

-¡AH!- fue un grito ahogado. Alguien le tapaba la boca, con una mano firme y a la vez delicada sobre ella y la otra la abrazaba por sobre los hombros, sujetándola para que no se escapara.

- Tranquila, soy yo, soy yo- susurró en su oído la tranquila voz de un joven.

Tenía el grito atrapado en su garganta y no lo podía soltar.

- yo sabía que tu estabas bien, lo sabía- le dijo, aliviado, como si le hubieran quitado una enorme carga de encima.

Gritó tan fuerte como pudo, desde lo más profundo de su alma.

Para el era algo desgarrador, pero hizo lo posible para tranquilizarla.

-¿si te suelto, te calmas?- Le rogó.

Asintió, desesperada por escapar.

Lentamente sus manos dejaron de hacer presión sobre ella, y con delicadeza y ágilmente la giró para quedar cara a cara.

-¡Melanie! Yo sabía, estaba seguro, pero nadie me creía. ¿Qué te pasó? ¿Dónde estuviste? ¡OH Melanie! Gracias a dios- La abrazaba desesperadamente, de vez en cuando tomaba su cabeza y la besaba en la frente. Estaba realmente feliz.

- ¡Déjame! ¡Aléjate!- le gritó ella- ¡Suéltame! ¡No se quien eres, no te conozco! ¡Aléjate!

-Melanie, soy yo, Daniel-.