Expressa-Arte

jueves, 24 de junio de 2010

Macumba. Primer Apocalipsis

Macumba

Primer apocalipsis


Bladimir Krushov, pariente lejano del Nóbel de la paz, Mijail Krushov, era alto, vestía trajes ingleses, un Cartier le adornaba la muñeca izquierda, tenia un diploma de Oxford colgado en su despacho que lo convertía en “Doctorado en ciencias epidemiológicas”, lucia un fino bigote francés y un chivo por cuyo corte pagaba 200 €. A la edad de 50 años estaba aburrido del mundo, era un sujeto con un intelecto poderoso, que consideraba al resto de la humanidad, pequeñas cucarachas, estúpidas e insensatas, que vivían sus miserables vidas, ya fuera un empresario megalómano o un mendigo, todos valían exactamente lo mismo: nada. Se ganaba la vida experimentando con diversas enfermedades, para crear curas, pues se temía una próxima guerra bacteriológica.

Un día vio un programa en National Geographic. Veía mucho ese canal pues le gustaba reírse de las sandeces que decía, pero esta vez, en el vio una idea, una idea que hizo que estuviera un año cavilando sobre su realización. Un programa que explicaba como seria la vida si la humanidad desapareciera. El mundo tardaría un tiempo pero terminaría de recuperarse por completo, no quedaría un rastro de obra humana.

-Eso –pensó Krushov- es interesante.

La historia nos a enseñado que las mejores formas acaban con un gran numero de personas eran la guerra, el hambre y las plagas. Plagas como la peste negra o la tuberculosis, que acabaron con gran parte de Europa, esas cosas pasaron por que las condiciones de higiene eran pésimas, además de que la gente viajaba mucho de un lado a otro. Además de la sarta de doctores y medicina, lo único que jugaba a favor de la gente es que vivían relativamente aislados los unos de los otros. En la actualidad, eso no era así. Vivíamos muy congregados y viajábamos constantemente, nuestras condiciones de salud no habían mejorado demasiado y la única razón de que no nos muriéramos como moscas es que vivíamos atiborrados de remedios y doctores que cobraban cuantiosas cantidades por decirte que estas enfermo y darte acceso a medicinas. En la opinión de Krushov este era el escenario propicio para una plaga de proporciones míticas.

Pidió vacaciones, tomo un jet privado que poseía y viajo a una elegante hacienda que poseía al lado del río moscuva, nada mas llegar abrió una botella de vino, subió a una pequeña salita que había en el tercer piso de la mansión y se dedico a tomar vino y reflexionar sobre lo que tenia en mente. En la habitación había un olor que representaba a su poderoso primo, Mijail. Lo tenia pues se lo había regalado su padre antes de morir era quizás el único sobrino vivo al que había soportado. El se lo había robado y le habría dicho “Bladimir, se que odias a tu primo pero no olvides que es hombre muy noble, guarda este cuadro en recuerdo mío y de el”. Sentimentalismos, los odiaba, eran muestras de debilidad valoraciones inútiles y vanas. Bladimir era un hombre sumamente práctico, lógico, maquinal. Poseía un colosal intelecto, pero este esta rigurosamente separado de su espíritu, este potencial lo manejaba solamente un eco enfermo, un hastio contra la humanidad y un sentido practico. Según el, cosas como la moral o la ética únicamente estorbaban en la realización de cualquier cosa. Ese cuadro era el único sentimentalismo que permitía en su vida.

Bladimir Krushov tenía esta personalidad ególatra por culpa de dos factores: su cerebro y su educación, avanzaba veinte veces más rápido de lo normal, un simple caso de hiperactividad mental, su nacimiento fue algo sumamente discreto, todos estaban fijos en su primo por lo que él creció muy solo. Vivía en la riqueza y la abundancia pues su padre era un industrial muy rico, pero nunca estaba con él. Tuvo una infancia en la que vivió prácticamente solo, leyendo y experimentado. Leía de todo, cuando llega a los diez años lo mandaron a un internado. Lo pasó muy mal ahí pues era muy poco sociable. Paso luego a una adolescencia muy callada y reservada. Leía mucha filosofía e historia, mediante la última aprendió sobre las grandes pestes, que le cautivaron y serían la pasión de su vida. Se dedicó a estudiar internamente las enfermedades. Leyó colecciones enteras de virulogía y bacteriología. A los dieciséis años era un experto en el tema con conocimiento de doctorado. Su madre lo tildaba de bicho raro y su padre se limitaba a pagarle las decenas de libros que leía con expresión extrañada. Luego ingresó a Oxford a estudiar ciencias epidemológicas y salió con honores y muchas de ofertas. Pero básicamente creció solo. Tan solo que se convirtió en un sociópata ególatra extremo y narcisista.

Todo el conocimiento que poseía tenia un precio, en su afán de conocimiento viajo a Sudamérica a estudiar y buscar posibles enfermedades en el amazonas. Pero mientras cruzaba un río a nado, una rara variedad de mosquito le había picado en la mano izquierda. Cuando salio del río noto que las venas en la mano estaban moradas e hinchadas. Inmediatamente se cortó la circulación de la mano y se extrajo de la mano con una jeringa. Está salio morada, repitió el proceso muchas veces hasta sacar toda la sangre envenenada. Pero ahora tenía la mano izquierda medio muerta. Aunque a los dos meses su mano volvió a la normalidad, esta era insensible, pero podía moverla. Esto apasionó a Bladimir, pues a decir verdad el virus había inutilizado su mano en cuestión de minutos. Viajó nuevamente al amazonas, y tomando las debidas precauciones buscó la colonia de esos mosquitos. Un enorme y putrefacto árbol. Buscó su nido que era del tamaño de una pelota de playa, rezumante de ponzoña. Con un fumigador poderosísimo adormeció a los mosquitos y los echó con nido y todo en un habitad criogenizada, el chistesito le había costado $50.000 dólares, pero garantizaba poder llevarlo a un ambiente acondicionado en su laboratorio personal a fin de estudiar el veneno de tan interesantes insectos.

Durante un año investigó secretamente desarrollando la fuerza del virus, luego lo adaptó para que se expandiera por el aire, gastó mucho dinero en todo esto, pero logró fabricar a partir de una bacteria, un virus. Luego su siguiente paso debía ser con extremada precaución, vender algo de la naturaleza de un virus al gobierno no era cosa que tomársela a la ligera. Pero con los contactos necesarios todo se podía, él conocía a Samuel Bornaff, más conocido como “El Puente” entre el gobierno y las distintas personalidades criminales con las que trataba. Tendría que ponerse en contacto con él y a su vez este se pondría en contacto el ejército, les describiría el producto y desearía que estos pusieran una oferta, Krushov estimaba que su creación valía $5.000.000.000 puesto que bien empleado podía afectar a prácticamente todo el globo, su efectividad crecía en progresión geométrica. Pero el gobierno le tildó de loco. La policía Rusa fue a buscarlo a su casa pero él había escapado a USA.

Estaba bajando del avión con su maletín de seguridad aislante. Pasó a aduana, un perro se acercó a su maleta y él juró que había llegado su hora, el guardia le pidió que se detuviera, en ese momento Krushov empezó a correr y tiró el maletín que accidentalmente se abrió y los frascos de muestra se abrieron, esparciendo el virus por el aeropuerto y los aviones que salían, que por suerte eran pocos. Solo uno a México y un par a Europa. Mientras tanto Krushov corría y el guardia corrió detrás de él gritándole que se detuviera, pero no se detuvo, el guardia que se pasaba su rutinaria y aburrida vida requisando un contrabando tan emocionante como unos plátanos y que lo único que quería era un poco de acción y que se sentía inmerso ahora en una persecución de película, desenfundó su arma y disparó tres balas dos de advertencia que por la emoción del guardia fueron a dar en las espalda de Krushov. Una de ellas perforó su pulmón izquierdo, cayó al suelo de rodillas y luego bruces, gimiendo de dolor y escupiendo sangre, pero recordó el frasco roto y murió con una sonrisa de sincera felicidad en los labios. El guardia fue procesado por homicidio y uso de la fuerza innecesaria y condenado a veinticinco años de cárcel al día siguiente, en un juicio rápido y cruel.

Este hecho sucedió el 1 de octubre de 1999, condenando a la humanidad a ser exterminada, si tratásemos de buscar culpables nos encontraríamos en un dilema ¿Fue Krushov al crear el virus? ¿Sus padres por no incluirlo en la sociedad y evitar que se convirtiera en un narcisista? ¿Del guardia que abatió al único que conocía la cura? ¿De el mundo por inventar una posible guerra bacteriológica? ¿O quizás simplemente era algo que iría a ocurrir y nadie tiene la culpa? realmente no importa el como, el donde, el por que, si no lo que sucedió, el virus tenia la capacidad de matar a un humano en 5 días, en las primeras 72 hrs. experimentabas fuertes dolores musculares y un descontrol irregular de la s funciones del cuerpo. Tenias descontrol en los esfínteres y en el parpadeo, pero a los 3 días experimentabas un colapso, empezabas a convulsionar y a tener fiebres altísimas, y 48 hrs. después morías de fiebre y de agotamiento. El virus se esparció en USA y México, Europa estaba empezando a contraerlo, todo esto en el primer día, al segundo Asia y África junto con Sudamerica lo tenía. Al tercero Oceanía ya estaba contaminada y a partir de eso l humanidad solo contaba con una semana de vida, para el 6 de octubre solo quedaba un 9% de los habitantes de USA y Mexico, durante los siguientes 3 días murio el 90% de la población humana del mundo. los sobrevivientes habían sido pequeñas comunidades alejadas de la sociedad, como los amish y otros guapos aislados, junto con pueblos que se habían cerrado y aislado disparando a los que se acercaban. Madagascar se había salvado destruyendo el aeropuerto y poniendo vigilancia en los puertos. Dentro de estos pueblos había el conocimiento técnico necesario para subsistir y los medios para autoabastecerse pero no durante muchos días. Todo eso no importaba, pues la paginal final de la humanidad ya estaba escrita.

El infierno habia colicionado y el macumba ha llegado.

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